Soy Sora Fukuhara, estudiante de tercer año de portugués en la Universidad Sophia (Tokyo). No soy creyente. Mi vida no tenía ninguna relación con la religión hasta que asistí a la Misión Asiática en Filipinas en febrero 2023.

Esta misión fue mi primer contacto con la religión y el catolicismo, pero sinceramente casi no entendía por qué tanta gente en el mundo se ha sentido atraída por esta religión desde la antigüedad, ya que ni siquiera sabía lo que decía la Biblia. Pero sentí que había algo bueno en el pensamiento católico para mi propia felicidad en la vida, la de los demás y la paz en el mundo. Decidí participar en la JMJ 2023 para entender más.

Al principio las reuniones preparatorias me parecían difíciles, pero a medida que avanzaban, llegué a valorar mucho a los creyentes. Ellos sin importar que yo no sea creyente, fueron muy buenos conmigo. Tenían hábitos que no había conocido en mi vida, y empecé a preguntarme cómo podían llegar a ser personas así, qué clase de religión asombrosa es el catolicismo en la que creen personas tan respetables.

Así que viví la JMJ observando ese aspecto. Me asombró la influencia del catolicismo, ya que los fieles del mundo, normalmente ruidosos y que, sinceramente, no respetan mucho el orden, se callaban todos a la vez cuando empezaba la misa y lloraban cuando veían al Papa. Pero aunque yo no podía entenderlo, me daba envidia la fe que tenían, y pensé que yo también quería ser capaz de tener fe.

Con esto en mente, los estuve observando y pude ver tanto el lado bueno como el raro, y finalmente llegué a la conclusión de que debería dejar de pensar con la cabeza que tengo que ser capaz de creer, porque dicen que Dios llama cuando realmente es el momento de despertar a la fe, y si es así, sólo tengo que esperar.

Me doy cuenta de que vosotros tenéis la fe impregnada en la vida, forma parte de vuestra forma de vivir. Como todavía soy joven, no he vivido lo suficiente como para «empaparme» de ello. Por el momento he pensado que me gustaría vivir una vida sencilla, atenta a los otros, con paciencia, y colaboración.

Estoy segura de que el amor que he recibido de todos vosotros me ha cambiado. He recibido mucho amor. Haré todo lo posible para vivir este año de intercambio en Portugal con amor.  Muchas gracias.

Sora Fukuhara. Japón