Semillas del Verbo 35
“Mis padres no estarían vivos si no fuera por los vecinos”. Estas son palabras de un superviviente de la DANA del 29 de octubre en Valencia. ¿Sorpresas? ¡Muchas! ¿La primera? ¡Que la gente “normal” salvó la situación! El ejército, los bomberos, la UME y la policía vinieron después. Y esto se agradece, claro está…
La gente sencilla
Pero los primerísimos en echarse a la calle a salvar, a buscar, a limpiar, a consolar, a alimentar y a ayudar fue la gente sencilla de los pueblos y alrededores. “Tots a una veu”, como dice nuestro himno de Valencia. “Todos a una voz”, la de ayuda… ¡Y todos respondieron!
La canción “Voces de Valencia” del valenciano Rey Ortolá, es una muestra preciosa de ello. “Me he dado cuenta de algo que ya sabía -dice este jóven profesor de 29 años: las personas estamos hechas para amar a los demás”.
Los jóvenes
¿Otra de las sorpresas? La respuesta de los jóvenes. La que llamamos “generación de cristal” ha demostrado ser de hierro. Multitud de jóvenes voluntarios inundaron las zonas catastróficas con sus escobas, palas y rastrillos. Una vecina del lugar decía: “Estos jóvenes han sido la luz dentro del barro. Nos han demostrado que sí se puede contar con ellos”. Jóvenes e incluso niños, y los miles y miles de voluntarios de dentro y fuera del país.
Las minorías migrantes
La pronta ayuda de las minorías migrantes ha sido la otra gran sorpresa. Latinoamericanos, chinos, subsaharianos, indios, pakistaníes, marroquíes y muchos más. Una mujer se acerca a comprar a un puesto de frutas y verduras. Es el que tiene la comunidad india sij en Sedaví (Valencia). Al preguntar por el precio le dicen: “¡Nada, es gratis! Durante muchos años nos habéis acogido y ayudado. ¡Ahora nos toca a nosotros!”. La mujer se aleja con lágrimas en los ojos…. Unos 200 voluntarios sij, con sus largas barbas y llamativos turbantes, van llenos de barro de aquí para allá. “Estamos con vosotros el tiempo que haga falta”. Con camiones propios, la comunidad sij ha repartido más de tres toneladas de comida y agua potable por los pueblos valencianos.
Boutaina El Hadri, “valenciana y mora”, como se llama a sí misma, dice: “La solidaridad no entiende de pasaportes”. Marruecos fue el primero que envió a España 37 camiones y 105 operarios especializados en el chequeo de agua y lodo. La comunidad marroquí ha estado limpiando calles, cocinando comida caliente y lo que se terciara. “La solidaridad, la hermandad y el apoyo mutuo son más fuertes que cualquier discurso de odio», decía Boutaina.
Creo que todas estas sorpresas y muchas más, nos están dando una lección de humanidad increíble. A pesar de toda la mala gestión, equivocaciones, irresponsabilidades y demás ¿qué es lo que realmente queda en los corazones? En el mío, por lo menos, un ¡GRACIAS A TOD@S! muy grande.
¿No podemos decir que lo que en un principio fueron SORPRESAS se ha transformado en admiración y agradecimiento? Yo creo que sí. ¿Y tú?
¡Feliz Navidad 2024 y un mejor 2025 para todos!!!!
Rosario Garrido SEMD Madrid
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