Semillas del Verbo 37. Multitud de cajas, una puerta muy pesada, entradas y salidas continuas a la calle, y para colmo una lluvia persistente. Este fue el escenario de nuestra mudanza hace unos días. ¡Acabamos agotadas! Pero, dentro de todo eso, una sorpresa: los vecinos. La mayoría adultos, niños y ancianos con los que nos cruzamos nos echaron una mano. ¿Casualidad? No lo sé, pero así fue. Nosotras cargando cajas y alguien sosteniéndonos la puerta. Nos atascábamos por el estrecho pasillo que salía a la puerta principal y alguien nos ayudaba. Se nos caía algo, y alguien lo recogía… Por una cosa u otra, las palabras que más se repetían eran “por favor”, “perdón”, y… “gracias!”
¿Sabéis que a estas les llaman palabras mágicas? Yo no tenía ni idea. En opinión de los expertos son “mágicas” porque crean algo “mágico”: hacen que una persona se sienta importante, calman los ánimos, fortalecen los vínculos y, en ocasiones, arreglan las relaciones tensas. No sé vosotros, pero yo al menos me sentía así, tanto diciéndolas como oyéndolas de ellos. Los entendidos dicen que son el lubricante de la cortesía. ¿Cortesía? Según la RAE, esta significa el acto con que se manifiesta la atención, respeto o afecto que tiene alguien a otra persona. Hoy la podríamos traducir por “humanidad”.
Hace poco leí una entrevista a Mario Alonso Puig, doctor en Cirugía General y miembro de la Academia de Ciencias de Nueva York. En ella hablaba de “la necesidad de recuperar un sentido humanista de la vida y tratarnos con afecto unos a otros.” “Resetea tu mente: descubre de lo que eres capaz”, es el título de su libro. En él nos anima a actuar -sin decirlo- en el marco de las palabras mágicas: desde la bondad, la generosidad, el respeto y la empatía. “Al hacer esto -decía- liberamos oxitocina, que es la hormona de la felicidad. Ofrece a los demás lo mejor de ti mismo, no lo peor.” Justo lo que hicieron nuestros vecinos.
Nuestra mudanza fue “mágica”, pero no al estilo Harry Potter. ¡El “perdón!”, “! por favor!” y “! gracias!”, nos hizo sentir la maravilla que hace de lo ordinario algo extraordinario.
¡Este hechizo está al alcance de todos!… ¿Quieres probarlo?
Rosario Garrido SEMD Madrid
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