El sábado 6 de febrero en la localidad de Moreno, provincia de Buenos Aires Annette Wiesmann y María Gisella Corti han hecho las primeras promesas de consagración. Para expresar el paso que daban de entrega a Dios eligieron como lema: «Ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios» Ez36;28
Presidía la misa el obispo de San Miguel Mons. Damián Naninni, junto a sacerdotes amigos y dos diáconos. El ambiente era de mucha emoción y de profunda fraternidad. Estábamos siendo testigos del Sí de nuestras hermanas, no sólo los que tuvimos la gracia de estar presentes, sino también muchos que a través de las redes sociales pudieron participar de la celebración desde todas partes del mundo.
Durante la tarde los jóvenes y hermanas de la comunidad que vinieron realizaron juegos y en ese ambiente de familia todos los presentes fuimos recordando anécdotas junto a las hermanas. Al final, en un gesto de mucho amor, cada uno compartimos desde el corazón nuestros deseos para con ellas.
Este Sí, que comenzó a gestarse desde hace tiempo pero que en estas primeras promesas se ha hecho carne y signo visible es un regalo para todos nosotros. También, a su vez, es compromiso. Es un compromiso de acompañar este llamado como hermanos de comunidad. Es mantener vivo el deseo de comprometernos con este sí que han dado en cada paso que vivan.
Nos alegra la certeza de que Dios nos amó y nos llamó primero y nos hace su pueblo, su comunidad. Esto hace que el corazón cada día se haga más grande. Al dilatarse inscribe nuevos nombres y nuevos rostros. Por eso, nos disponemos a continuar esta aventura de ser parte de esta familia que es Servidores del Evangelio.
Lourdes López