Testimonio vocacional 2. Darío Marote. Filipinas
De arquitecto a misionero de los pobres
Soy misionero en Filipinas y voy a cumplir 70 años. ¿Qué me pasó para pasar de arquitecto a misionero de los pobres?
Con 23 años acababa de terminar la carrera de Arquitectura, sentí que había otra forma de vivir la Navidad saliendo de lo ordinario de un tiempo de vacaciones para pasarlo bien. Iniciamos un pequeño grupo misionero y nos propusimos en aquella Navidad, visitar familias de gitanos en los arrabales del Pozo del Tío Raimundo. Les llevamos ropa, alimentos y todos los regalos que solemos recibir pensando que ellos estarían mucho más necesitados.
La sorpresa fue que cuando llegamos a aquel barrio de chabolas y de familias tan pobres con tantos niños, al llevarles lo que recogimos, no lo guardaron para sí sino que llamaron a sus vecinos para compartirlo con ellos.
Me di cuenta de que hay más alegría en dar que en recibir y que ellos en su pobreza nos mostraban la riqueza de un corazón que comparte con el que pasa necesidad. Fue la primera Navidad que vivía en misión y el inicio de mi vida misionera. Seguí haciendo misiones durante todo el año. Conocí un niño que no podía apenas hablar de los porrazos que había recibido y otro que llorando decía que no quería vivir.
Preguntas
Me preguntaba qué mundo estamos viviendo y ofreciendo a las generaciones futuras. De qué vale construir ciudades y casas si dentro de las familias no hay amor. Sentí que Dios me llamaba a llevar su amor a los más pobres y necesitados de nuestro mundo. Y reconstruir el hombre desde dentro, haciéndolo sentirse amado y capaz de compartirlo.
Empecé a hacerlo part time los fines de semana y descubrí que cuanto más me involucraba más feliz me sentía. Así que fue fácil decidir hacerlo full time durante toda mi vida y con toda mi vida.
Llevo 50 años viendo la misión como mi modo de vivir y existir y doy gracias a Dios que eligiera lo más pobre y vulnerable para despertar mi vocación. Dios eligió hacerse Niño pobre, vulnerable y nos llamó a nosotros a hacernos como los niños para llevar a todos la Buena Nueva de su salvación. Lo que me pasó a mí seguro que algún día te puede pasar a ti. No lo dudes hay más alegría en dar que en recibir, si quieres ser feliz trata de hacer feliz aquellos que pasan más necesidad.
Dario Marote SEMD Filipinas