“Este tiempo -decimos- nos hemos dado cuenta de que estamos mucho más unidos de lo que nos creíamos, y de que nos necesitamos mucho los unos a los otros”
¿Cómo hubiera podido hacer mi anciana vecina durante la cuarentena si no le hubiéramos ido a tirar la basura o a hacerle la compra? ¿Y cómo hubiéramos podido ir a comprar, si antes no se hubiera desplegado una inmensa cadena de personas (que no se han podido quedar en casa) hasta hacer posible que la mercancía llegue al supermercado? ¿Y cómo hubiéramos podido subsistir cada uno de nosotros, si en estos momentos de aislamiento, en los que la soledad ha llamado a nuestra puerta, no lleváramos imprimido en el corazón el rostro de los que amamos, y si nuestro móvil ya humeante no estuviera lleno de mensajes que nos acercan y nos hacen intercambiar el cariño? Todos somos don unos para otros.
En este momento te invito a hacerte consciente de todos los dones que Dios te ha regalado, o mejor, de aquel que consideras que es el más significativo.» Y cada uno es un miembro al servicio de los demás» deja que esta frase te sacuda por dentro. ¿Te habías planteado alguna vez que tus dones son una riqueza para poner al servicio de los otros?
Atrévete a creer que es algo único que de verdad necesitan los demás. ¿Cómo te levantarías por la mañana si lo creyeras?¿Cómo vivirías tus momentos de bajón, en los que no te apetece hacer anda, si creyeras que eso que tú tienes, hay otros que lo necesitan?
Ahora piensa en tu profesión y cree de verdad que lo que tú haces nadie lo puede hacer como lo haces tú. Tu profesión también es tu don…no frunzas el ceño. Lo digo muy consciente de que quizás no es la profesión e tus sueños…pero cree que puede cambiar el ambiente.
Si eres barrendero, barre como si en ese rincón del parque fuese a ir hoy una pareja de enamorados a declararse el amor. Barre como si fueras un artista que con su toque está embelleciendo la ciudad…porque así es. Si eres profesor siente dentro de ti cómo estás formando a tus alumnos no solo intelectualmente sino sobre todo en humanidad. Si eres estudiante, estudia con pasión, como si de tus estudios dependiera la vacuna para el coronavirus. Si eres director de banco…si eres camillero en un hospital…si eres taxista…si eres estudiante de Bachillerato…si trabajas en la construcción… en el campo.
No envidies a nadie: tu estudio, tu trabajo hoy puede ser el más digno que existe y el que más contribuye a la edificación de la sociedad. ¿Todo depende de cómo lo mires y de cómo aprendas cada día a sacudirte la rutina, esa enemiga invisible que mata lentamente todo lo que toca.
Te quiero pedir una cosa: haz un acto de fe. Cree que tus dones personales mejoran la sociedad
¿Te animas a la apasionante aventura de no reservarte nada?
Verónica Alonso