Somos una misión en esta tierra

Desde el inicio los jóvenes SMY de Filipinas han crecido mucho

8 julio, 2024
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  • Filipinas

Desde el inicio los jóvenes SMY de Filipinas han crecido mucho en la fe haciendo misión. Así que invitarles a una misión es algo que les alegra muchísimo. Esta vez fue una misión de 3 días en San Fabián. La preparamos con ellos en un tiempo record. Tuvimos que limitar el número de participantes porque ¡todos querían participar!. Y volvimos a experimentar que somos una misión en esta tierra.

¿Qué hicimos?

San Fabián es otra zona de nuestra diócesis Lingayen-Dagupan, con mar y montaña. El párroco nos pidió que fuéramos a la zona de la montaña, donde nos acogieron en casas. Recorrimos las casas del barrio para compartir la fe, tuvimos momentos de juegos con los niños y, no menos importante, encuentros entre los SMY y los jóvenes de la parroquia de San Fabián, en un ambiente de mucha fiesta. Los jóvenes de San Fabian prepararon toda la logística: comida, lugar para dormir y visitar, y una oración de Taizé que nos ha marcado a todos. Los SMY se encargaron del contenido: charlas, testimonios donde compartieron su vida de fe, dinámica de juegos, catequesis para los niños y el guión para la visita a las familias.

El don de la misión

La misión permite que:

  • cada uno conecte con lo que realmente es
  • descubra que hay más alegría en dar que en recibir
  • experimente que está hecho para amar                                                                                                                   En la misión, los jóvenes perciben que gestos muy sencillos pueden ayudar mucho al otro. Gestos tan sencillos como llamar a una puerta para compartir, escuchar y rezar, dedicar un tiempo de catequesis y juegos con los niños, o compartir la historia de su vida y de su fe. En Filipinas los momentos de crear lazos con otros jóvenes de otra ciudad son muy importantes, porque muchos de ellos quizás es la primera vez que salen de su barrio. ¡Qué bonito es verlos crecer, transmitiendo el Evangelio tanto a gente mayor como a los jóvenes! Y Dios, que siempre trabaja, va forjando la fe en ellos, su identidad y enseñándoles a vivir su vida asumiendo la misión que Dios les confía a cada uno. Somos una misión en esta tierra.

Rita (misionera en Filipinas)

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