Anualmente tenemos la suerte de vivir lo que llamamos en la comunidad «los retiros de mes». Este año nos hemos reunido de manera presencial las hermanas de Europa y virtualmente las de Asia y Togo. ¿Qué pueden hacer durante tres semanas casi setenta personas consagradas juntas? ¡Descúbrelo en las líneas que siguen!
Las dos semanas primeras han sido de oración en silencio completo, lo que favorece mucho el diálogo con Dios. La tercera semana empezamos a preparar nuestra asamblea general del 2022. Durante los últimos días, las comunidades hicieron la revisión de vida y elaboraron su plan pastoral para el nuevo curso.
Una vez más, Dios no nos ha defraudado en amor entregado en estos ejercicios 2021. Las meditaciones y el clima de oración nos permitieron recoger el curso con un abrazo tierno del Padre que reconoce, recibe y agradece nuestros esfuerzos y nuestra entrega. Esto nos ha renovado el ardor en el corazón en nuestra tarea misionera para el curso que empieza.
En este clima de Dios, vivimos la tercera semana dialogando acerca de los temas más importantes de la comunidad: los servidores, los jóvenes,… ¡Cuánto trabajo realizado durante tres años por las hermanas y los servidores en las comisiones y equipos de trabajo! Solo cabe gratitud. Fruto de estos momentos de compartir pudimos dar pequeños aportes para perfeccionar un trabajo ya muy bien hecho. Esa tercera semana tan intensa notábamos en el ambiente la conciencia de que cada uno es imprescindible para seguir construyendo juntos la comunidad.
Los ejercicios me han dejado sabor a fraternidad y lo importante que es concebir la misión en el clima del abrazo de Dios Padre.
¡Gracias por haberme leído! Y no olvides que seguimos necesitando de ti, como misionero donde estás, y por qué no, desde el aporte material que quizás nos puedas brindar!
Patricia Williems