Fue una Vigilia de Pentecostés especial, la que vivimos ayer: Por primera vez, tuvo lugar un encuentro latinoamericano de jóvenes por modo virtual. En las vísperas de Pentecostés, nos conectamos con 80 jóvenes de Colombia, Perú y Argentina para rezar juntos, compartir la fe y contagiarnos el Espíritu de Pentecostés. ¡Cuánto bien nos hace encontrarnos con otros jóvenes, que viven situaciones parecidas, y que quieren vivirlas desde los valores del Evangelio!
¿Cómo fue la vigilia de Pentecostés latinoamericana?
En un primer momento, nos ubicamos frente a la realidad social, política y personal que estamos viviendo en nuestros países, y pedimos al Espíritu su presencia, su consuelo y su fortaleza. A veces las situaciones que atravesamos o que vemos en las noticias nos dejan una sensación de impotencia, de tristeza o de rabia. Nos sentimos pequeños frente a desafíos que parecieran superarnos. En esos momentos podemos reaccionar huyendo de esta realidad o quedándonos como espectadores. También en medio de esas dificultades, hay situaciones que hacen brotar la empatía, el agradecimiento y la esperanza. En nuestro corazón, así como estaba, sentimos la invitación a no quedarnos fuera: Todos tenemos la capacidad de comprometernos, de meternos en la vida como Jesús lo hizo, y de incidir en nuestros contextos.
Tres jóvenes de Perú y Colombia nos dieron sus testimonios, compartiéndonos cómo ellos se sienten frente a su situación actual, y cómo están incidiendo en su ambiente. Nos hicieron caer en cuenta de que somos los jóvenes, los que construimos el futuro, y que cada uno de nosotros podemos ser protagonistas del cambio que deseamos ver en nuestro entorno.
Tuvimos un tiempo de adoración delante de Jesús Eucaristía, rezando cada uno: “¿Cómo me puedo comprometer?” Al ir compartiendo nuestros compromisos nos sentimos, de verdad, una comunidad de jóvenes creyentes que quieren involucrarse de la mano de Jesús y que desean seguir adelante con esperanza, apoyándose unos en los otros.
Testimonios de 2 jóvenes en Pentecostés
Les dejamos la experiencia de 2 de los jóvenes que participaron del encuentro:
“Este Pentecostés me deja mucha alegría en el corazón, porque el Espíritu Santo siempre llega en comunidad. Y también porque a pesar de las cosas pesadas que están pasando en el mundo, nos queda la esperanza de que al final nos espera Dios. Eso es lo único que tenemos seguro: el amor de Dios que nos espera al final de todo lo que sucede.” (Mateo, Colombia)
“Ha sido grato compartir la Vigilia de Pentecostés al lado de los hermanos de Argentina y Colombia. He podido recibir el Espíritu Santo en mi corazón, y sé que con Él todo será posible.” (Lesly, Perú)
Annette Wiesmann