La Iglesia de Togo es joven. La población de Togo es joven: El 60% tiene menos de 25 años. Los jóvenes llenan aún las iglesias. Aunque en mi parroquia vi que los niños y las mujeres les ganan en número.
¿Qué puede ofrecer la Iglesia de Togo a los jóvenes? La Iglesia está perdiendo a los jóvenes. ¿Por qué? Porque los jóvenes buscan, interpelan y no se conforman. Los jóvenes buscan ser ricos, no preocuparse de qué comer mañana. Y se comprende. Pero también tienen ganas de acercarse a Dios, de encontrarle de verdad.
Se rebelan y se despiden de un código moral de leyes y convenciones que no comprenden o se sienten incapaces de vivir. En las redes sociales se les presentan otros valores, una “libertad” aparente, buscar el placer a toda costa, por lo que fácilmente se dejan atraer.
Pero creo que, detrás de todo esto, su necesidad más auténtica se encuentra a más profundidad: Tienen preguntas existenciales a las que buscan respuestas: “¿Quién soy? ¿Por qué estoy en el mundo? ¿Quién me ama? ¿El Amor existe? ¿Hay algo que no sea pasajero en esta vida? ¿Dios existe, tiene algo que ver conmigo, con mi vida? ¿Este país, Togo, tiene futuro?”.
¿Qué puede ofrecer la Iglesia de Togo a los jóvenes? Oraciones mágicas que hagan llover billetes no, ni recetas para acabar de una vez con el sufrimiento, con la injusticia. Pero un camino para hacerse rico en lo que queda para siempre, sí. Una PERSONA que te ama incondicionalmente, sí. Y esta persona es capaz de dar sentido al sufrimiento y dar alegría de verdad.
Sueño con que en la Iglesia encuentren quién los escuche de verdad, quién no les juzgue, no menosprecie sus búsquedas a veces frustradas y frustrantes. Que encuentren un lugar donde ser ellos mismos, donde curar sus heridas y redescubrir que el Amor existe y que es posible vivirlo entre humanos que somos. ¡Que puedan aprender a dirigirse a Dios con sus palabras y sus sentimientos, y encontrar el corazón de Dios lleno de dolor y amor, de perdón y misericordia por ellos! Y que cree en ellos.
Quien sea capaz de escuchar a los jóvenes, de acogerlos y hacerles caso podría hacer el puente entre sus preguntas existenciales y las respuestas existenciales inscritas en Jesucristo: “Tú, joven togolés del 2024, eres infinitamente amado por Dios. No eres huérfano, tienes una familia. Tienes futuro. El amor existe y tiene fuerza para transformar nuestras vidas, nuestras relaciones y nuestra sociedad. ¡Yo cuento contigo! ¿Te apuntas?”.
Christa SEMD Lomé (Togo)