Les escribimos desde Pavía, que forma parte de nuestra queridísima Italia.
Aquí caminamos en el día a día por calles llenas de estudiantes universitarios que van y vienen de acá para allá. Otro día os contaremos de nuestras actividades con ellos. Pero hoy os queremos contar del regalo que nos ha hecho el hecho de formar parte de la Pastoral para hispano-hablantes y es la de formar parte de un pueblo preciosísimo: nuestros hermanos de la Republica Dominicana. Son muy numerosos por estas tierras. Vinieron emigrando buscando trabajo y ya muchos de entre ellos nacieron acá.
Si queréis disfrutar de mucha alegría os invito a que vengáis por acá. En medio de muchas dificultades casi todos tienen trabajo. Ocupan puestos sencillos como empleadas domésticas, cuidadores de ancianos, artesanos: carpinteros, albañiles, … asistentes sanitarios, enfermeras. Como los primeros cristianos están distribuidos por toda la ciudad y pueblos de alrededor, y, en su sencillez, intentan ser luz donde están.
Dentro de su lucha por salir adelante y poder enviar dinero a los familiares en Santo Domingo, tienen muchas ganas de seguir conociendo a Dios, de ser solidarios, de integrarse en Italia y querer a los italianos, a quienes están muy agradecidos.
No sólo varios de ellos nos están pidiendo que les preparemos para los sacramentos, sino que un buen grupo nos ha dicho insistentemente que se quieren formar para transmitir la fe a otros. Así que hemos empezado una escuela de evangelización on-line a la que acuden fielmente a pesar del cansancio después de un día de trabajo. Todo esto está recién empezando pero nos está dando la vida a todos.
Os prometo que el contacto con ellos me cambia la vida. Su alegría probada por el sufrimiento sigue presente aún en medio de las lágrimas. Su cercanía te hace sentir en casa a la que te invitan con toda generosidad para que disfrutes de sus platos. Son acogedores mil por mil y en este clima de Pavía gris y nublado te transmiten un poquito de alegría para que corra por tus venas.
¡Qué pueblo hemos descubierto dentro de otro pueblo!
Rosa Sáez