Mucha alegría pero siempre en camino y aprendiendo
Este curso he vivido una experiencia NUEVA, DIFERENTE de mucha riqueza para mí y creo que también para la parroquia. Y también, para tanta gente que he conocido en Valdeluz (es una urbanización de Guadalajara). Una experiencia de mucha alegría, pero siempre en camino y aprendiendo.
Soy María Escarda, llevo 27 años de misionera en Servidores del Evangelio.
Este año, aunque mi pequeña comunidad es la de Guadalajara, he hecho la experiencia de vivir “sola” en la casa parroquial de San Jerónimo en Valdeluz, para poder estar más cerca de la gente. Cada mañana a las 9h abría la parroquia y eso ha sido para la gente de aquí un gran regalo, poder tener una capilla abierta prácticamente todo el día y poder venir a rezar.
He estado cerca de las familias, los niños, de toda la gente en general y he aprendido mucho de ellos. También he estado cerca del gran trabajo que Cáritas realiza aquí, ya que hay también muchas familias necesitadas. Y como no, inyectar en la gente ese ser misionero y abrir el corazón al mundo, en este caso especialmente al continente africano con el cual me siento muy hermanada. Desde que viví por aquellas tierras, me enamoré de ellas.
Resumo mi experiencia en 2 cosas fundamentales:
- Los niños son el futuro así que es importantísimo seguir sembrando en ellos la semilla del AMOR.
La catequesis que hacemos es familiar, los padres también participan. En Valdeluz hay muchas familias jóvenes, este curso por ejemplo teníamos 28 niños en primero de catequesis.
Hace 3 días cerramos el curso y fue un momento precioso de familia, vida, alegría…y también de COMPROMISO de parte de muchos de ellos.
¡Cuanto he aprendido de los niños!!!!! GRACIAS
Y como no de los laicos, madres de familia maravillosas, implicadas, creativas y papas al servicio de la parroquia.
Chicos de catequesis
Grupo de papás
Rato de oración
- Me encanta la solidaridad que se ha creado con África a través de mi testimonio.
Es muy importante en España abrir el horizonte a otras realidades, pobres económicamente pero ricas en valores y espiritualidad.
Con mi testimonio en institutos, con los mercadillos realizados, etc. se ha ido contagiando este ser misionero desde la solidaridad. Incluso el ayuntamiento de acá se ha hecho partícipe en dos ocasiones ayudándonos.
Ahora en junio vamos a Camerún con un pequeño grupo de voluntarios, somos en total 6 y ellos mismos han empujado para crear una asociación “Africacoge”, de esto hablaré en otro artículo.
¿Qué me queda a mí de Dios? Una experiencia de mucha libertad, trabajo y misión., mucha alegría, pero siempre en camino y aprendiendo.
María Escarda SEMD Guadalajara