Virginie es una misionera consagrada francesa que vive en Argentina desde hace once años. La experiencia del amor de Dios que nunca se aparta de ella la llevó a consagrarse definitivamente a Dios el pasado 6 de febrero.
¿Cómo ha experimentado este amor de Dios? Nos lo compartió en la acción de gracias al final de la Misa de Consagración en la Catedral de San Miguel:
“Aunque los montes se muevan y las colinas puedan vacilar, mi amor de tu lado no se apartará, dice el Señor que está enamorado de ti” (Is 54, 10). Es lo que he descubierto, Dios está enamorado de esta humanidad, está enamorado de mi vida. Aunque hayan colinas que se muevan – y en mi vida, las ha habido – su amor ha sido una tabla de salvación en los momentos donde todo se movió mucho, donde los sueños de repente se derrumbaron, mientras acompañaba a mi mamá hasta el abrazo definitivo hace catorce años. Encontré en Jesús – que en aquel tiempo empezaba a conocer – el amor que permanece, que consuela, ese amor que también comparte el dolor y las lágrimas y sostiene la esperanza. Gracias a Dios no siempre se mueven tanto las colinas y este amor permanece día tras día, y este amor ha sabido tomar el tono justo para colmar el corazón: el tono de la compasión, de la ternura, de la pasión por este mundo que me alienta en la misión.”
“Dar mi Sí definitivo como misionera dentro de nuestra comunidad significa comprometerme a tiempo completo y con todo lo que soy al anuncio del Evangelio y a formar misioneros. Doy este Sí con el corazón lleno de gratitud y con el deseo de vivir la misma calidad de amor que he recibido.
Hoy quisiera hacer mías las palabras que elegí como lema, yo también deseo poder decir: “Quisiera, Señor, que mi amor de tu lado no se aparte, porque sé que lo necesitas. Necesitas mi corazón de esposa, de compañera, porque quisiera que juntos podamos dar vida al mundo y que muchos puedan renacer al calor de tu amor. Y quisiera también decírselo a mi comunidad: Querida comunidad, Servidores del Evangelio, familia mía, deseo de todo corazón que mi amor no se aparte de ustedes, que puedan contar conmigo. Quiero junto con ustedes construir esta comunidad, ser fiel al espíritu para que podamos juntos encarnar el sueño que Dios tiene con nosotros para este mundo.”
Virginie nos ha invitado a ponernos en manos de la Virgen y a renovar nuestro sí apoyados en la certeza de la fidelidad de Dios, de la fidelidad de ese amor que no se apartará nunca de nuestro lado.
¿Quieres conocer más a Virginie y escuchar todo su testimonio? Haz click AQUÍ