María, mujer de la cotidianidad.

Compañera de camino, presente en todos los momentos de nuestra vida. Así, hemos querido representar a María en esta figura hecha de arcilla. Pero para describirlo, hemos preferido dejar hablar a Don Tonino Bello. Es un santo italiano de nuestro tiempo (venerable, en camino a la santidad, para ser más exactos)

“María mantuvo obstinadamente su domicilio en la terrible vida cotidiana. Pero hay más: vivió una vida común a todos. Similar a la vida del prójimo. Bebió agua del mismo pozo. Machacó el grano en el mismo mortero. Se sentó en el fresco del mismo patio. Ella también llegó cansada por la noche, después de un día de trabajo.

Un día también le dijeron a ella: «María, te están saliendo canas». Entonces, se miró en el espejo de la fuente y también ella sintió la nostalgia desgarradora de todas las mujeres, cuando se dan cuenta de que su juventud se desvanece. Saber que la vida de María estuvo llena de preocupaciones familiares y de trabajo como la nuestra; nos hace sospechar que nuestra dolorosa cotidianidad no debe ser tan trivial como nosotros pensamos.

Sí, ella también tuvo sus problemas de salud, de economía, de relación, de adaptación. ¿Quién sabe cuántas veces volvía de lavar con dolor de cabeza, o perdida en sus pensamientos porque José hacía varios días que no tenía mucho trabajo en la carpintería?

Como toda esposa, también ella debió de tener momentos de crisis en la relación con su marido, cuyos silencios no siempre comprendería, así de taciturno como era.

Como todas las mujeres, tal vez también ella experimentó el sufrimiento de no sentirse comprendida, ni siquiera por los dos amores más grandes que tuvo en la tierra. Y debe haber tenido miedo de decepcionarlos. O no estar a la altura de su papel. Y, después de diluir en lágrimas el tormento de la inmensa soledad, habrá encontrado por fin en la oración, hecha juntos, la alegría de una comunión sobrehumana.”

María, mujer de la cotidianidad, mujer sencilla y valiente, acompáñanos en nuestro camino de cada día. Préstanos tu SÍ a esos proyectos de Dios que se tejen en la historia cotidiana.

Verónica Alonso SEMD Bríndisi

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Jóvenes orando en la capilla