«Luces en la noche» fue un momento de misión y oración hecho por jóvenes para jóvenes.
Desde las 21.30 hasta la medianoche, las puertas de la Catedral de Pavía estuvieron abiertas de par en par. En el interior, la nave oscurecida dejó a Jesús Eucarístico iluminado. Varios coros, procedentes de algunos colegios universitarios o parroquias, llevaban la oración. Unas pocas personas, a la entrada de la iglesia, daban la bienvenida a los que llegaban, entregándoles una velita y un papelito en el que podían escribir una oración (que luego se llevarían a un monasterio de clausura donde las monjas rezarían especialmente por cada intención). La mayoría de los jóvenes, en parejas, recorrieron las calles del centro de la ciudad para invitar a otros jóvenes (el miércoles es la noche universitaria) a pasarse por la iglesia, aunque sólo fuera durante cinco minutos.
Qué mejor que escuchar el testimonio de Tommaso, de la Juventud Franciscana.
«Hola, soy Tommaso. El miércoles pasado me preparaba para ir a «Luces en la noche». No quiero irme por las ramas, tenía muchas dudas, preguntas, pero también mucha curiosidad. ¿Cómo iba a ser la noche? La Catedral abriría sus puertas a los jóvenes, pero ¿aceptarían la invitación? De hecho, sí, lo hicieron.
Al cruzar el umbral de la Catedral, con sus puertas abiertas, de par en par, dispuestas a abrazarme, cualquier inseguridad que pudiera tener dio paso a la alegría y la serenidad. Fue una noche …. ¿Cómo definirla? Especial. Un momento de oración al mismo tiempo íntimo y compartido con todos los demás chicos y chicas que, sentados a mi lado, eligieron hacer una pausa en todo, para retirarse, aunque sea por unos momentos, en oración y llevar a Jesús una plegaria, una esperanza. ¿Qué fue «Luces en la noche»? Un momento de oración en el que nunca me sentí solo. Sencillamente esto«.
Misioneras de la comunidad de Pavía