«La luz brilla en la oscuridad»

Este verano, del 13 al 19 de Agosto, tuvimos en Tokio el 5º encuentro Nikkan, un encuentro de intercambio entre jóvenes coreanos y japoneses que venimos haciendo todos los años desde el 2018. El objetivo es hacerse amigos, conocer la historia de los países y compartir juntos la fe. Esta vez participaron 10 jóvenes coreanos y 17 japoneses, y el lema fue «La luz brilla en la oscuridad».

Momentos claves
  • El 14 de agosto, aniversario del martirio de San Maximiliano María Kolbe, nos reunimos en la Iglesia de Shiomi, en Tokio. Ese día profundizamos nuestra fe a través de la vida de padre Kolbe, el hermano franciscano Zenon y también Satoko Kitahara, una laica que estuvo trabajando con los más pobres durante de la post guerra en Japón.
  • Al día siguiente, el 15 de agosto, fue el «Día del Fin de la Guerra» para Japón y el «Día de la Independencia» para Corea. Dos jóvenes de Hiroshima nos hablaron de cómo habían valorado la paz como personas que habían crecido en una ciudad bombardeada. Y compartimos cómo construir la paz en nuestros días.
  • Un día los jóvenes pudieron hacer la experiencia de “homestay”, alojándose en casas de familias japonesas. Nos repartimos en equipos de 2 o 3 personas y compartimos la cena con la familia, sus costumbres, descansamos y por la mañana volvimos a juntarnos para seguir la actividad.
MIRANDO JUNTOS EN LA MISMA DIRECCIÓN

Sora Fukuhara, una de los estudiantes japoneses que participó en el Nikkan, expresa de esta forma su experiencia: “Durante del Nikkan, tuvimos la oportunidad de conocer la masacre de coreanos que tuvo lugar durante el gran terremoto de Tokio, el año 1923. Aunque ahora somos amigos, todos llevamos en el corazón la historia de nuestros propios países, lo que nos convierte en adversarios y víctimas a la vez, unos frente a otros. Sin embargo, durante el encuentro un amigo de Corea del Sur afirmó: «A nivel histórico, no estamos en lados opuestos sino en el mismo lado, mirando juntos en la misma dirección, hacia la reconciliación». Me gustaría que pudiésemos construir juntos un buen futuro para Japón y Corea del Sur, como amigos que trabajan juntos por la reconciliación.”

Durante estos días hemos podido ser testigos, una vez más, de que “La luz brilla en la oscuridad” y rezo para que cada uno de nosotros, ahí donde está podamos seguir sembrando semillas de reconciliación.

Aneta (misionera polaca, en Japón)

 

 

 

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