Iluminá el mundo
“Iluminá el mundo” fue el lema con el que nos dispusimos a encarar una misión de fin de semana en Merlo, Buenos Aires. Muy entusiasmados y llenos de ganas, arrancamos el viernes por la noche con una vigilia de oración que llenó de sentido todo lo vivido en la jornada de misión. En esa noche, redescubrimos el llamado de Jesús a ser luz para el mundo, pero, sobre todo a saber encontrar la luz que hay en donde otros ven oscuridad.
Y con ese ánimo llegamos a Merlo el sábado, y qué sorpresa cuando nos dimos cuenta de que era la comunidad que nos recibía la que nos llenaba de luz a nosotros, tratándonos con un cariño enorme. En cada encuentro durante la mañana en cada casa, en cada familia marcada por el dolor, en cada catequista, en cada niño, pudimos encontrar un corazón que nos necesitaba, pero también que nos enseñaba cómo hay que vivir: con alegría, en actitud de acogida, y con una fortaleza para enfrentar los problemas extraordinaria. Me quedo con las palabras de una chiquita de la comunidad “lo que más me gusta de Jesús es que me acompaña siempre”
¿Cuántas veces vamos a seguir pensando que vamos a “llevar” a Cristo para terminar encontrándolo en el otro? Hasta que logremos descubrir que Dios habita en el pequeño, y que nuestra tarea es simplemente mostrarle a ese otro que tiene un tesoro gigante que puede iluminar su hogar, su barrio, y así, el mundo.
Chechu Cisneros