Heme aquí, Señor
Aprovechando la presencia de los misioneros Darío y Alceu (venidos de Filipinas y Argentina) hemos propuesto a un grupo de chicos un fin de semana Vocacional: Heme aquí, Señor. Fue en la casa de los hermanos en formación (Galilea). El objetivo ha sido que tuvieran la oportunidad de conocer más de cerca nuestra forma de vivir y nuestro carisma.
Lo hemos preparado con mucha alegría y con ganas de poderles abrir nuestras entrañas. Queríamos que experimentaran en el motor de nuestras vocaciones misioneras: Jesús misionero.
Jóvenes
Los 8 jóvenes, de 15 a 17 años, llegaron el viernes por la tarde y estuvieron con nosotros hasta el domingo por la tarde. La propuesta fue participar de nuestro diario vivir: empezando con las pautas de oración, pasando por el tiempo de formación, compartir los trabajos sencillos de la casa: cocinar, limpiar; hacer deporte, compartir la misma comida, celebrar la Eucaristía, etc.
Fue importante darnos el tiempo para orar y preguntarle a Jesús: ¿quién eres Tú? ¿A qué me llamas a mi? Y ¿para qué me llamas?
Los jóvenes han podido descubrir, en la relación con Jesús, que la vocación te la da Dios. Dios que te ama con mucha misericordia y te trata como “hijo muy amado en quien coloca toda su confianza”. Los momentos fraternos- de vivir juntos diferentes generaciones, de compartir trabajos entre todos, de jugar juntos- fueron muy importantes pues muchos buscaban conocer “cómo se vive esta vocación en fraternidad”.
Otro momento que les ha marcado fue el testimonio sobre la coherencia de vida. Poder mirar a Jesús que se abaja para colocarse al servicio de sus hermanos, esto ha sido motor para poder acoger los momentos donde no les era tan sencillo amar.
Al final de la sesión les hemos preguntado: “¿quién quiere ser Misionero Servidor del Evangelio?”. Y 7 de ellos se levantaron y nos han dicho “Heme aquí, Señor”.
En la misa final todos fuimos enviados como misioneros para anunciar lo que hemos vivido, visto y oído. Estos 7 jóvenes empezaran un camino de discernimiento vocacional.
Gracias, Señor, porque Tú sigues llamando jóvenes a seguirte como Misioneros Servidores del Evangelio. Y gracias porque nos llenas de alegría, estamos hechos para esto.
Comunidad de Galilea SEMD (Dapaong, Togo)