Gracias por traernos la alegría

“Gracias por traernos la alegría”, nos dice una mamá en la plazuela

27 agosto, 2024

“Gracias por traernos la alegría”, nos dice una mamá en la plazuela interior del hospital del Niño en Lima, donde los jóvenes de Europa que están de misión en Perú, dan su tiempo en un voluntariado por las mañanas. ¿Qué hacen? Llegan con unos pinceles, colores, hojas… e invitan a los niños a colorear, o les hacen trenzas, o les pintan dibujos en la cara… Los niños rápidamente se apuntan a una cosa o la otra, o a todo.

Acuden los niños enfermos, mientras esperan su cita, o también sus hermanos, si la mamá no ha podido dejar solos. Pasan ahí toda la mañana o todo el día esperando su turno. Es pesado para ellos esa espera larga. Algunos vienen de un examen que les ha hecho sentirse mal después. Y de repente, en esta plazuela, recobran la alegría. Los colores les fascinan y se olvidan de por qué están aquí. Son el centro de atención de estos jóvenes y esto les hace recobrar su valor profundo. Las madres los miran con una ternura y un alivio desgarrador. Y así empiezan a contar lo que le sucede con sus hijos.

Muchas vienen del interior de país pues no hay hospitales especializados en las provincias.  Han tenido que renunciar a sus trabajos y al contarnos lo que les pasa se desahogan. Ver a sus hijos felices les devuelve a ellas también la alegría. Una madre se queda casi toda la mañana con nosotras. Ya ha pasado la consulta su hija, podría regresar a su casa pues le queda todavía un largo trayecto. Pero se queda. A su hija le han dado una tiza y está dibujando en el suelo. Está feliz. Esta niña tiene que venir a menudo al hospital para sus chequeos. ¡Qué bien, que por una vez, disfrute de estar aquí! El suelo se va llenando de dibujos… Esperamos que el equipo de limpieza no se enfade.

La plazuela se ha convertido en un oasis dentro de este lugar, que para muchos es un verdadero viacrucis. Parece que los padres de repente tienen todo el tiempo para estar ahí y recobran las fuerzas. Muchos nos agradecen: “Hay pocas personas que se dedican a eso, gracias por traernos la alegría.”

Nosotros nos sentimos más bien impotentes. Nos parece tan poco lo que hacemos frente a tanto sufrimiento y tanta necesidad. ¡Hemos conocido historias tan duras! Pero los padres de los niños son quienes nos recuerdan que aunque nos parezca poco, es mucho. Igual que el gesto de la Verónica hacia Jesús en el camino del Calvario. ¡Si tomásemos  conciencia de todo el bien que podemos hacer! A veces hace falta tan poco…, y no nos atrevemos.

Anne- Marie Berriaud SEMD. Comunidad de Perú

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Ana Maria Palma GonzálezGracias por traernos la alegría