Muchas son las iniciativas que en este tiempo, marcado por el coronavirus, surgen en distintas partes del mundo y en los corazones de cada uno de nosotros.Os compartimos una de las cartas que se han escrito para acompañar la situación de los enfermos y gente que ha fallecido en los hospitales de Italia para que nos pueda seguir inspirando gestos de solidaridad. El amor no puede morir.
Querido Diego:
Aunque no nos conocemos, quería escribirte esta carta de despedida y gratitud. Cuando todo el pueblo italiano sale al balcón y aplaude al personal sanitario, espero que una parte de ese aplauso logre atravesar las nubes y llegue hasta tu corazón. Sé que el cielo no es un lugar físico pero es como nosotros lo podemos expresar. Junto a tantos compañeros tuyos de trabajo, hoy mi corazón te honra. Seguramente ahora que estás junto a Dios, Él te habrá explicado lo que nosotros sólo podemos intuir: que EL AMOR NO PUEDE MORIR.
Tú has amado mucho y eso es eterno. Seguramente eres de los que no se dan demasiada importancia y mientras conducías la ambulancia o acogías a la gente enferma, pensabas: “hago sólo lo que tengo que hacer” Pero precisamente ahí está la heroicidad de una vida: en hacer lo que tiene que hacer, estar donde tiene que estar, asumiendo esa cuota de responsabilidad por los que tenemos al lado que nos ha sido confiada a cada uno. Y tú lo has hecho sin medir los costos. Eso es lo que te convierte en héroe, y eso es lo que hace que hoy te rindamos homenaje.
Tu amor, tu sentido de responsabilidad, tu servicio y generosidad han hecho de ti un alma grande.
Y ESE AMOR NO PUEDE MORIR.
Tu mujer y tu hija sufrirán mucho tu ausencia. El vacío que dejas es grande. Pero saben que pueden estar muy orgullosas de ti y que, si abren cada día su corazón al amor en lo más pequeño, allí te van a encontrar.
Sabrán que no has muerto…has pasado a una vida infinitamente mejor. Y que siempre, SIEMPRE, estarás con ellas.
El amor con el que has vivido queda en nuestros corazones como un legado. Porque somos un CUERPO. Estamos misteriosamente unidos. Y nada de todo lo bueno, generoso, valiente y noble se pierde. Nosotros lo recibimos.
Por eso, GRACIAS. Creo que “gracias” es una de las palabras más bonitas que puedan existir. Pero quizás está un poco desgastada…por eso te la traduzco. Cuando digo gracias quiero decir:
-que eres un grande, y nuestro corazón te honra.
-que admiramos tu entrega
-y que acojo y acogemos el testigo que nos dejas y que antes de ti ya nos dejó Jesús y tantos que le han seguido a través de la Historia: amar sin medir el precio que se tenga que pagar.
GRACIAS