Seguimos este domingo de manos de Verónica Alonso con nuestra reflexión para elegir como quiero vivir el post coronavirus. Si no leíste el articulo anterior no te lo pierdas.
Hoy puedo elegir cómo quiero vivir el tiempo del post coronavirus. Puedo decidir el tipo de persona que quiero ser. Puedo elegir las prioridades que quiero tener en mi vida. Sigo la reflexión del anterior artículo y te invito a que tú también lo hagas conmigo.
Ahora obedezco las medidas que se van tomando, me quedo en casa por mi bien, pero también (y sobre todo) por el bien de los otros, porque somos un cuerpo y nos afectamos. Sé que, mi falta de colaboración, mi negligencia, puede tener consecuencias nefastas.
Cuando todo esto termine, ¿me seguirá importando cuidar la vida de los otros o me volveré a centrar en mi bienestar y en mis intereses personales?, ¿cuidaré el ambiente, la casa común?, ¿estaré atento a la necesidad de los que me rodean?, ¿me seguirá importando si mi vecina anciana necesita algo?, ¿iré por la calle con los ojos abiertos descubriendo lo que viven los demás, o seguiré viajando en el metro, con los auriculares puestos sin escuchar, sin ver?
¿Seguiré cultivando los vínculos, las amistades que son importantes?, ¿tendré tiempo para llamar a aquel amigo de la infancia, a mi vecina, a mi tía…o volveré al ritmo frenético de lo inmediato, de lo que rinde, de lo eficaz, de la agenda llena?
¿Seguiremos aplaudiendo desde el balcón del alma a todas las personas que viven al servicio, desde los oficios más humildes, o volveremos a dar por supuesto tantos actos heroicos cotidianos? ¿Valoraremos a la gente que se juega la vida sin darse aires de importancia o volveremos a poner en un pedestal a las estrellas y a los que brillan?
¿Nos seguirá preocupando que haya gente que no tenga recursos para vivir esta situación porque vive muy al día? ¿Y qué va significar que eso nos importe? ¿En qué afectara concretamente esa preocupación? ¿Dejaré que condicione mis opciones de vida; desde las que tienen que ver con la lucha por un mundo más justo y más humano hasta aquellas opciones pequeñas? ¿dejaré que afecte también a mi pequeña economía, a mis gastos, a cómo quiero distribuir mis bienes?
Yo sé que los cambios y las mejoras no suceden en un momento de euforia colectiva, sino en el silencio del corazón, donde descubro que soy libre y que puedo elegir lo que quiero vivir.
Mi transformación seguramente será lenta (como la transformación del gusano que dentro del capullo se va convirtiendo lentamente en mariposa), pero será una transformación consciente, deseada, con una colaboración activa por mi parte.
Hoy puedo elegir cómo quiero vivir el tiempo del post coronavirus. Puedo decidir el tipo de persona que quiero ser. Puedo elegir las prioridades que quiero tener en mi vida. Hoy puedo decidir si quiero vivir o si, por el contrario, quiero entretener mis días con lo que a otros les parezca mejor. Yo quiero vivir. ¿Y tú?
Verónica Alonso