Cada año las catequesis y convivencias las hacíamos en las escuelas públicas o privadas. Ahora, al comienzo de curso aquí en Filipinas, nos preguntábamos cómo seguir el anuncio de la fe y la formación de los jóvenes durante este tiempo de pandemia en el que no hay clases presenciales todavía. Dios vino a abrirnos una puerta a través de un sacerdote amigo que nos preguntó: “¿tenéis algunos módulos de formación para que mis jóvenes sean los catequistas de los niños en los barrios? Le dijimos que Sí”. Así que hemos empezado a ofrecer a diferentes parroquias de la Diócesis una Escuela de Evangelización para jóvenes.
Escuela de Evangelización para jóvenes: ¿Qué es? Son dos días de formación integral con los que se busca experimentar el llamado de Jesús a la misión, el encuentro con Dios vivo en la oración y conocer la misión de Jesús en los Evangelios. Durante esos dos días se van facilitando a los jóvenes algunas herramientas sencillas para que se lancen a ser ellos quienes animen grupos de diez niños de catequesis en diferentes partes del barrio. Estas escuelas las hacemos en las parroquias y somos nosotras las que vamos allí para que la gente no se tenga que trasladar muy lejos.
¿Dónde dan estos chicos la catequesis? Los lugares son variados: en la capilla, en la calle a la puerta de una casa o debajo de un mango a la sombra, etc. Hay que estar muy prevenidos: cuidamos la distancia, tener todos mascarillas y el alcohol, y a pesar de todas estas precauciones que a los niños les pueden parecer molestas, se va propiciando una experiencia preciosa de formación donde las familias van recibiendo la fe y el amor a Jesús a través de los niños que acuden a la catequesis.
Los jóvenes al final de estas jornadas nos dan las gracias por creer en ellos y por lo maravilloso que es que, a través de ellos, pueda pasar Jesús a los niños. El Papa Francisco nos invita a que los jóvenes descubran su misión y que sean los que evangelicen a otros jóvenes. Ciertamente son ellos la referencia creíble y válida del amor de Dios. Así lo reconocen los niños.
Ana Palma