
CUESTIÓN DE AGENDA
Vivimos en un mundo acelerado. Todos los días tenemos tantas cosas
Vivimos en un mundo acelerado. Todos los días tenemos tantas cosas
Plantearse cuál es nuestra llamada, nuestra vocación significa ir contra corriente (“¡tenemos vocación de salmón!”), pero si no elegimos hoy, ¡la vida elegirá por nosotros!
Yo creo que los jóvenes solamente necesitan ser “contratados” por Jesús a través de personas que crean en ellos y que se jueguen la vida por ellos.
Dios me ha enseñado a confiar en él, a recibir de él cada día la gracia, a disfrutar de las cosas más pequeñas.
Estos encuentros, estos descubrimientos y redescubrimientos, han encendido de nuevo en mí el fuego de la fe.
Es un camino lleno de esperanza y algunos expresaron que les ayudó a valorarse más a sí mismos y a conocer a Jesús.