Voluntariado Jeju

Aliviando al planeta

Del 24 al 28 de Junio nos fuimos a la isla de Jeju, con un grupo de jóvenes. El lema del programa fue “descanso para la tierra, descanso para el corazón”. A través de distintas actividades de voluntariado, pudimos experimentar que estábamos aliviando al planeta y, al mismo tiempo, descansando el propio corazón. Won Jun nos comparte su experiencia.

Para mí, el programa Nulchak (dialecto de la región a la que fuimos, que significa “actuar lenta y pausadamente”) ha sido un tiempo de sentir la presencia de Dios a mi lado. Por un lado, ¡no nos llovió ni un solo día mientras hacíamos las actividades!, aunque era la época de las lluvias en Corea. El principal voluntariado que hicimos tenía que ver con el cuidado del medio ambiente. Una mañana fuimos a un bosque precioso, que se llama Kotchaoal, y estuvimos quitando arbustos y plantas que lo están dañando y asfixiando. Y otro día estuvimos recogiendo la mucha basura acumulada en la playa. Esta basura vuelven al océano arrastrada por las olas y se convierten en el alimento de los peces (¡que después nosotros nos comemos!).

Mientras hacíamos estas actividades me pregunté a mí mismo por qué el hombre ha sido creado de forma tan imperfecta como para hacer daño a la tierra de esta manera. Y viéndonos trabajar cuidando aquel bosque y aquella playa me di cuenta de algo. Tal vez Dios nos creó y nos envió justo para aliviar el dolor del planeta y contrarrestar esta imperfección del hombre.

Durante estos 5 días he disfrutado mucho con los chicos con los que fui a Jeju. Y le doy muchas gracias a los que prepararon cada una de las actividades: quitar las malas hierbas en el bosque, ver las luciérnagas por la noche, en ese mismo bosque, recoger la basura de la playa, la misa en medio del bosque y en la playa… ¡Gracias!

Won Jun (19 años)

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