¡20 años!
¡20 años! Parece un montón… Os cuento lo que significó para mí esta celebración del 20 aniversario de la Comunidad. Se me llena el corazón de alegría pensando en lo que han significado estos años de camino. Me voy dando cuenta de que somos una familia, hecha de hermanos y hermanas, que se ponen en camino a su lado. Nos une la experiencia, como a los discípulos de Emaús, de haber descubierto que Jesús nos anunciaba el Evangelio a nosotros. Y no sólo a nosotros, sino también hasta a la última persona de esta tierra, lleno de pasión por la vida de cada uno. Para mí, esta es una de las más grandes riquezas de nuestra Comunidad: descubrir que Cristo es el primer hermano, servidor del Evangelio, que nos misiona y, por eso, salimos a anunciarlo.
Particularmente pude descubrir que Dios estaba enamorado de mi vida gracias a muchas hermanas misioneras que preparaban y daban las pautas de oración y las formaciones que recibí. Por eso, en este tiempo celebro con todo el corazón que seamos una Familia misionera que se pone en camino para que muchos descubran a Jesús a los pies de cada persona.
En camino, sí… pero juntos. Algo que a mí me enamoró profundamente de nuestra Comunidad fue experimentar la fraternidad entrelazada con toda la vida. Creo que a lo largo de estos veinte años hemos ido forjando este “ser hermanos” que comparten la fe y anuncian juntos. Ojalá que en este tiempo pasen por nuestro corazón tantos rostros y nombres con los que hemos compartido la misión y podamos dar gracias por cada uno.
Caminar juntos, ¡en el Señor! Es Jesús quien nos llamó a ser sus testigos en pleno siglo XXI, quien nos guía y quien nos forma. Él nos imprime su propio modo de ser Servidores del Evangelio. ¡Tenemos los mismos rasgos, nos reconocemos, somos familia! Podemos decirnos: “todos tus pasos me son familiares”, porque hemos ido respondiendo a ese llamado personal y comunitario que Dios nos hizo y nos hace hoy a ser parte del rostro misionero de la Iglesia, rostro de misericordia y fraternidad visible en el mundo concreto de cada uno.
Son veinte años, y ¡queremos que sean muchos más! Esta es la Comunidad de la que quiero formar parte para abrir camino para muchos otros.
Chechu Cisneros